Nuestro cuerpo es sabiduría pura, cuando sentimos ganas de entrar al baño nos está avisando que el recto está lleno y debe evacuar, pero muchas veces ignoramos lo que el cuerpo nos dice, no nos damos espacios de tiempo necesarios diariamente para nuestras necesidades básicas!
Resulta que si le respondemos a este aviso: “Estoy en el trabajo, prefiero hacerlo en casa” ó “estoy ocupada, cuando me desocupe entro al baño”, lo que sucede es que las heces que están esperando ser evacuadas, comienzan a secarse, a volverse más duras y no sabemos cuando será el próximo aviso fisiológico para que vayamos al baño, llegarán más heces, el bolo fecal se hará más grande y nuestro cuerpo avisará. Cada vez que pospongamos más la entrada al baño, será una orden para nuestro cerebro, le estás diciendo: “yo puedo, tranquilo, no me avises tan a menudo” y entonces sentirás menos ganas cada vez de entrar al baño. Lo ves? Es una bola y no precisamente de nieve la que va creciendo y empeorando el problema, hasta convertirse en estreñimiento, un GRAN enemigo de nuestro piso pélvico.
Te preguntarás cada cuanto deberíamos ir al baño a defecar, está entre una o dos veces al día. Esto es lo normal. Cuando no es así, estamos lastimando la musculatura de nuestro periné, la estamos poniendo a trabajar con una carga mayor, eso sin contar que probablemente, si tienes estreñimiento, dolerá al entrar al baño, podría haber sangrado, y sentirás la necesidad de empujar para evacuar lo que dañará al piso pélvico si se hace con frecuencia.
Además, si tu caso es de estreñimiento, te recomiendo:
- Tener buena ingesta de agua
- Levantar las piernas en un banquito a la hora de sentarte en el baño, o si lo puedes hacer, subirte directamente al sanitario, ya que estamos hechos para defecar en cuclillas.
- Entrar al baño cada vez que sientas ganas
- Si has tenido estreñimiento crónico, realizarte una valoración de piso pélvico para mirar cómo está tu musculatura
Escribe: Cristina, inquieta desde siempre por el movimiento corporal humano, fisioterapeuta de piso pélvico, fundadora de FisioFemme. Me fascina estar aprendiendo cosas nuevas, sobretodo si se están relacionadas con el cuerpo; me formé en danza contemporánea, no finalicé el pregrado en danza porque direccioné mi carrera hacia un movimiento inteligente que pudiera compartir con otros: la fisioterapia. Además a modo personal me encanta trepar! He pasado por el pole dance, la danza aérea (tela, lira). Y soy madre, lo que hizo que se difiniera sustancialmente el rumbo de mi carrera profesional.