El dolor no necesariamente debe verse como algo negativo o maligno; el dolor es un aviso y tiene una misión importante: alertarnos para evitar daño o sufrimiento.
¿Cómo podría realacionarse mi dolor de espalda con el piso pélvico? Para entender esta relación no podemos ver el cuerpo como un “cuerpo dividido”, debemos entendernos como un TODO, es decir, el funcionamiento de nuestro cuerpo es como un reloj, una maquinaria perfecta donde todas las piezas tienen que ver para que funcione correctamente, si una pieza falla, por más lejos que esté de otra pieza, la afectará porque se necesitan.
Empecemos por recordar que para que podamos realizar cualquier movimiento, y digo de verdad, cualquiera: cepillar los dientes, correr, bailar, comer; es necesario que haya PRIMERO una estabilidad de nuestro centro antes que la de una pierna o del brazo. Entendamos como CENTRO nuestro abdomen y pelvis. Es por esta razón que es muy importante una pelvis y una columna estable y los encargados de esta estabilidad del centro, son los músculos más profundos.
Entre la lista de musculatura profunda de la que hablo se encuentra:
- La musculatura de piso pélvico
- parte de la musculatura abdominal como el transverso
- y los músculos multífidos encargados de la columna vertebral.
Estos músculos hacen que la presión en el cuerpo ante cualquier esfuerzo sea “normalizada”, además estabilizan pelvis y columna vertebral; por esa razón una musculatura profunda débil puede manifestarse como un dolor lumbar, porque quienes se encargan de sostener y estabilizar las estructuras no lo hacen como deberían, esto hace que sobrecarguemos a la musculatura más superficial, además que se produzcan aumentos de presión excesivos que pueden traducirse en futuras incontinencias o disfunciones perineales.
El cuerpo humano está diseñado para moverse, el movimiento nos mantiene vivos, lubrica nuestras articulaciones, estimula la producción de hormonas que nos ayuda a tener la sensación de bienestar; son muchos los beneficios del movimiento, ni tendríamos que explicarlo porque lo traemos de fábrica. Pero para movernos es necesario hacerlo de la manera que olvidamos, como los bebés o los niños pequeños. ¿Has visto que sea común un dolor de espalda en los niños? Exacto, no, porque se mueven todo el tiempo, y lo hacen de manera natural, sin haber “olvidado” cómo debemos hacerlo, activando esa musculatura estabilizadora que protege y cuida nuestro cuerpo. Entonces crecemos y nos encontramos ante el sedentarismo, sobrepeso, posturas incorrectas, entrenamientos con técnicas inadecuadas, o exceso de ejercicios que sobresolicitan ciertos grupos musculares etc
¿Qué hacer si es mi caso? Primero entender que no es fatal, y no debes acostumbrarte a vivir con el dolor. Segundo hacer algo al respecto, acudir a profesionales que puedan direccionar tu caso y proponerte un entrenamiento progresivo que cumpla los objetivos planteados. Técnicas como el Pilates, el entrenamiento propioceptivo, o el entrenamiento de piso pélvico ayudan mucho a personas que cursan con dolor lumbar, ayudando a prevenir o tratar si es el caso diferentes disfunciones perineales.
Si te identificas con algo de lo que he mencionado, entonces podríamos estar ante un cuerpo que necesita ser habitado. Vendría muy bien abrir un espacio en tu agenda para “recordar” cómo movernos correctamente, iniciar con un entrenamiento que despierte esta musculatura olvidada, atender este aviso para corregir aquello que seguro hace ya un tiempo viene señalando que debemos cambiar.
Escribe: Cristina, inquieta desde siempre por el movimiento corporal humano, fisioterapeuta de piso pélvico, fundadora de FisioFemme. Me fascina estar aprendiendo cosas nuevas, sobretodo si se están relacionadas con el cuerpo; me formé en danza contemporánea, no finalicé el pregrado en danza porque direccioné mi carrera hacia un movimiento inteligente que pudiera compartir con otros: la fisioterapia. Además a modo personal me encanta trepar! He pasado por el pole dance, la danza aérea (tela, lira). Y soy madre, lo que hizo que se difiniera sustancialmente el rumbo de mi carrera profesional.