“Desde hace mucho veo mi cuerpo como ese pequeño territorio donde está mi YO, una geografía llena de valles, montañas, llanuras, ríos de confusiones, lagunas mentales, vegetación tupida y frondosa. Siempre he pensando en cuidarlo para tener un hogar agradable. Me preocupo por comer bien y tener movimiento, pienso que el movimiento es energía, pero cuando le hablan a una de cuidar este territorio en el que se asienta, se acostumbra a pensarse desde el cuerpo visible, el paisaje para el disfrute de los demás, el cuerpo del que se habla y no el cuerpo desde el que se vive y siente. Creo que se olvidan esos otros lugares recónditos de nuestra geografía, como el estado olvida al chocó; ahora vengo a pensar en esos espacios ocultos que una descuida y son tan importantes, el explorar y conocer mi parte íntima nunca ha sido parte de mi rutina, la limpio y uso, pero sin darle mayor importancia a cómo funciona, pasando por alto sensaciones que me hablan, dolores que tienen un por qué, este es un lugar del que hablo poco, creo que tiene que ver la cultura.
El solo hecho de decir que la vagina te talla o te pica ya da vergüenza, como un sitio que no se debe nombrar, si te pica o talla hay que esconderse para rascarla, desde niña me preguntaba porque no me la podía rascar como se rasca un codo o una pierna, el tema casi siempre es gracioso o grosero y esto ha influido en que una tampoco se haga preguntas y quiera indagar, es un lugar que se teme y lo que ahí ocurre también, es nuestra zona roja y no una zona de distención, un territorio profundo en el sentido físico y emocional, pero da miedo sentir, o no sentir las cosas que debería, como que no sienta nada cuando me penetran y hacer como que sí para no parecer la vaca muerta, en lugar de hablarlo, o pedir que paren porque te duele y saber que debe haber una razón. O que tu cueva es a veces glaciar y no siempre volcánica, tener orina que se me escapa, y solo sentir vergüenza y no trabajar en ello porque da pena hablarlo, incluso conmigo misma. Quiero tomar mi mochila y recorrerme entera, conocerme, disfrutarme y escuchar incluso esos lugares extremos y escarpados de mi, a los que les saco el CUERPO, ahora tengo más interes en ello, quiero llegar a esos pequeños rincones que forman parte de este pequeño distrito en el que resido.”
M.